9. La costa oeste de Florida

RECORRIMOS VARIAS PLAYAS de la costa oeste de Florida viendo atardeceres alucinantes

De camino a Siesta Beach paramos en Anna Maria Island, donde encontramos una estupenda playa llamada Manatee Public Beach que contaba con estacionamiento gratuito. Además al lado había un pequeño restaurante con WiFi, así que era un lugar perfecto para unos blogueros principiantes ansiosos por tener conexión a Internet como nosotros. Decidimos cambiar de planes y pasar allí la noche.

Con lo que no contábamos fue con que no estaba permitida la pernocta. Sobre las once de la noche llegó un coche de policía. Se nos acercó una agente uniformada y nos dijo—de buenas maneras—, que allí no podíamos pasar la noche y que nos largásemos a otra parte. Nos indicó un lugar a las afueras del pueblo donde no deberíamos de tener problemas, así que nos fuimos a pasar la noche allí.

Blogueros en la playa

Dormimos en un estacionamiento llamado Palma Sola Causeway Park, alejados del centro de la ciudad y de los coches patrulla. No teníamos la playa al lado pero estábamos rodeados de mar. Resultó ser un lugar tranquilo donde corría una brisilla hasta ahora inexistente. lo cual agradecimos porque sudábamos como pollos en un baño turco. Esa noche descansamos muy bien a pesar de estar cerca de la carretera, y es que no te enteras de nada cuando duermes en la autocaravana, ni siquiera del ruido de los coches que pasan al lado.

El domingo lo pasamos en Manatee Beach descansando, trabajando en el blog y siempre debajo de la sombrilla, que pegaba el sol cosa mala. Nos sorprendió ver que los locales desayunaban tortitas con hamburguesas (sí, HAMBURGUESAS); nosotros nos conformamos con tortitas con sirope…

Atardecer en Siesta Beach

Por la tarde llegamos a Siesta Beach, donde un señor atardecer nos regaló una de las vistas más bonitas del viaje — sin duda la más bonita hasta la fecha. Una inmensa playa de arena blanca reflejaba los colores dorados y azules del cielo en sus amansadas aguas. Desde el centro de la playa provenían sonidos de tambores y nos dirigimos hacia allí. La gente formaba un círculo en torno a los percusionistas y bailaban alrededor de una esfera luminosa que cambiaba de color. Había niños haciendo malabares con aros y cintas de colores que se veían más luminosos a medida que iba oscureciendo.

Nos unimos a la música y al baile dejándonos llevar por el momento y la buena energía del lugar. El atardecer nos recordó a los domingos en la playa de Benirrás, en Ibiza; aunque el ambiente era diferente, la esencia del ritual es el mismo.

Malabares y percusiones en Siesta Beach

Para dormir, avanzamos hacia el sur hasta Turtle Beach, tratando de alejarnos de las áreas concurridas y de las patrullas del Sheriff. Cenamos en un rico restaurante de pescado llamado Captain Curt’s Crab & Oyster Bar donde nos agradó la amabilidad y cercanía de su propietaria, que entabló conversación con nosotros y a Nahuel le regaló unos mapas de la zona.

Pasamos toda la mañana siguiente en la playa, descubrimos todas las conchas y  caracolas que salían en un mapa de los que tenía Nahuel y además trozos del esqueleto de un animal que no habíamos visto nunca y  simpáticas medusas en el agua.El lugar donde aparcamos tenía enfrente unas mesas que aprovechamos para comer y pasar la tarde con una señora siesta en la hamaca que nos regaló nuestra amiga Laura.

Después arrancamos rumbo Miami disfrutando de los atardeceres en varios lugares que paramos en el camino (y dónde no pudimos pasar la noche) y finalmente encontramos un lugar donde dormir en un estacionamiento público en la pequeña ciudad de Punta Gorda.

Nombre del post: «La costa oeste de Florida»
Ciudades: Saratosa, FL
Pernoctas:  Turtle Beach (mapa), Parking público en Punta Gorda (mapa)
Canción del día: Invocation – El Rostro de la Medusa

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