UNA DE LAS MEJORES COSAS que te pueden pasar mientras viajas es encontrarte con amigos de tu tierra; si esas personas son tan especiales como nuestra amiga Eva y su hijo Alberto, el reencuentro te marca para siempre
Tras un mes viajando por la costa este llegaba por fin el plato fuerte, la ciudad de las ciudades, la capital del mundo… ¡Nueva York! Dejamos atrás Philadelphia, atravesamos casi sin darnos cuenta el estado de New Jersey y Staten Island y, ¡zas!, nos plantamos con nuestra Caracola en el mismísimo Brooklyn.
¿Os imagináis circular triunfantes con nuestra enorme autocaravana por la 5ª Avenida de Manhattan, rodeados de taxis amarillos y rascacielos? Nosotros tampoco, la verdad. Decidimos ser prudentes y reservar lo más parecido a un camping cerca de Nueva York a un precio razonable. A este peculiar campamento situado en un aeropuerto abandonado llamado Floyd Bennet Field a las afueras de Brooklyn, llegamos al caer la tarde.