GRACIAS a nuestros ángeles por hacer que este viaje fuera posible
Un viaje como este necesita mucho tiempo de preparación. Tiempo del cual no disponíamos ya que estuvimos de obras en nuestra casa hasta dos días antes de irnos. No hubiéramos sido capaces de adecentar el apartamento para el nuevo inquilino, armar todo el equipaje sin olvidarnos de nada importante y llegar puntuales al aeropuerto si no hubiésemos contado con la ayuda de nuestra familia y amigos. Terminamos de preparar todo a las 4am del jueves 3 de agosto y dos horas más tarde estábamos tomando un taxi al aeropuerto cargados con dos maletas grandes, dos bultos empaquetados en papel film, una mochila llena de zapatos, dos piezas de equipaje de mano y el transportín de Luna, que era lo que más ocupaba.
Los abuelos trajeron a Nahuel al aeropuerto y nos acompañaron a realizar los trámites de facturación de Luna, así que pudimos despedirnos de ellos antes de embarcar a nuestro primer destino: el caluroso y exótico Miami. Hicimos escala en Lisboa, ya que volamos con la aerolínea portuguesa TAP. La razón es que para un vuelo solo de ida desde Madrid nos resultaba mucho más económico que otras aerolíneas. Para entrar en los Estados Unidos es necesario un vuelo de ida y vuelta, pero como nosotros tenemos intención de salir del país por la frontera mexicana, compramos dos vuelos de ida y vuelta, que nos resultaba más barato.
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Lo malo de la escala es que para Luna el viaje se hacía interminable. En el aeropuerto de Lisboa pedimos a la persona responsable de la puerta de embarque que por favor alguien echara un ojo a nuestra perrita, que viajaba en la bodega desde Madrid y aún tenía que llegar hasta Miami. Tuvimos la suerte de que uno de los operarios de equipaje le dio de beber casi un litro y medio de agua. Nos mostró orgulloso la botella medio vacía y nos confirmó que Luna estaba en perfecto estado.
Nahuel, a pesar del madrugón, disfrutó mucho del vuelo: se entretuvo pintando con los lápices de colores, viendo películas para niños y jugando a las cartas con mamá. En ningún momento tuvo miedo, y hasta preguntó que si iban a haber turbulencias. En el fondo, el vuelo se hizo corto, porque el no haber descansado la noche anterior nos ayudó a pasar la mayor parte del vuelo dormitando.
La llegada a Miami no fue tan agradable como nos hubiera gustado, ya que tuvimos algún que otro problema en la aduana y tardamos mucho tiempo en recoger el equipaje y en volver a ver a Luna, que estuvo más de doce horas solita y encerrada en su transportín.
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Una vez conseguimos reunir todo el equipaje y salir del aeropuerto, recogimos un coche de alquiler para poder movernos hasta el día que nos entregaran definitivamente la autocaravana. Los del rent-a-car, al vernos tan cargados de bultos y animales, nos ofrecieron un vehículo más grande del que habíamos reservado por el mismo precio, y la verdad es que nos hicieron un gran favor, porque de otra forma no habríamos cabido.
Y sin más nos dirigimos hacia el barrio de Buenavista, a casa de nuestra amiga Ana, quién nos acogió durante los primeros días de viaje antes de recoger nuestra casita rodante.
Tras encontrar la casa y descargar el equipaje nos dimos cuenta de que nos faltaba la mochila de los zapatos… ¡¡NOOOO!! Por un momento llegamos a pensar que tendríamos que empezar el viaje con zapatos nuevos pero no perdimos la esperanza y volvimos al aeropuerto (¡no, otra vez al aeropuerto no!) a buscarlos. El cansancio de tantas horas de vuelo y otras tantas de aduana hacía mella en nuestra agilidad mental. Pero otra vez tuvimos suerte y una de las empleadas de la limpieza había dado orden de que guardaran la mochila en Lost & Found en el mismo edificio donde alquilamos el coche, así que durante este viaje seguiremos llevando el calzado usado que trajimos desde Madrid.
Ya instalados en casa de Ana, cansados pero hambrientos, decidimos ir a cenar a algún restaurante cercano. Luchando contra el jet-lag (hay 6 horas de diferencia entre Miami y Madrid en verano), caminamos hasta un italiano llamado MC Kitchen (mapa) muy recomendable. Allí Nahuel, dirigiéndose a un camarero, decidió interactuar con el resto de los humanos pronunciando su primera palabra en inglés : «bread«.
Tras la deliciosa cena, nos arrastramos hasta la cama. O mejor dicho: hasta el colchón hinchable…
Nombre del post: «El vuelo a América»
Ciudad: entre Madrid, Lisboa y Miami
Canción del día: With A Little Help From My Friends – Joe Cocker
2. Las playas de Miami >>
Elena says
Mandad fotos de la caravana! Pasadlo bien!
Americaravana says
¡Hola Elena! Muy pronto haremos un post dedicado a la autocaravana con muchas fotos. ¡Un besazo!
Raquel says
Regalo de la vida conoceros y no menos poder acompañaros virtualmente en esta gran aventura. ¡Disfrutad del todo, aprended de todo, amad a todos!
AMERICARAVANA says
¡Raquel! Gracias por tu comentario y por subscribirte a nuestro canal de YouTube.
Te mandamos un abrazo muy grande desde Turtle Beach, en la costa oeste de Florida.
Alicia says
Niños?! Actualizadnos!! Pasadlo super bien.. besitos
AMERICARAVANA says
¡Gracias Alicia! Seguiremos informando, claro que sí. ¡Un beso grande de todos!
Piluki says
Muchisima suerte cariño!!!! Y gracias por compartir esta aventura con nosotros. Me encanta el peque…. «Es la primera vez que monto en avión de mayor»….. Que lindo…. Feliz viaje!!!!!
Itahisa says
¡Nenúfar! Muchas gracias por leernos. Os voy a echar mucho de menos. Te mando un super abrazo.
manu says
Familia!! Os seguiremos de cerca! Ya os echo de menos, os quiero!
AMERICARAVANA says
¡Muchas gracias Manu! Nosotros también nos acordamos mucho de ti. Esperamos que puedas unirte en alguna parte del camino. ¡Nos vemos en Las Vegas! Muchos besos de todos.
Ana says
Qué bonito NAHUEL! Vaya aventura!
Gon says
Hola buenas tardes,
Como pasastes más de 6 meses con la vida turista?
Para ampliarla salisteis por México y volvisteis a entrar?
Gran experiencia, enhorabuena.